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Ozharu

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Mensajes publicados por Ozharu

  1. Habían salido del comedor y sus dos compañeros habían seguido a Linto, pero Alexander tomó la iniciativa y pidió a Linto que les aclarara que estaba sucediendo.

     

    - Está bien Alexander, os contaré lo que he conseguido escuchar.

     

    El castellano podía notar el nerviosismo en sus dos compañeros, ansiosos de saber por qué les había sacado del comedor de esa manera tan brusca.

     

    - La conversación de aquellos hombres trataba en parte sobre nosotros, solo pude escuchar unas pocas palabras, perso suficientes para saber que se trata de algo grave. Decían que había sido uno de nosotros, después dijeron hermano de aquel, supongo que se refería a alguno de nosotros tres, aunque no estoy seguro.

     

    Linto se calló unos segundos tratando de explicar la última parte de su mensaje, la más dura, la que bailaba en su cabeza.

     

    - Y después escuché una palabra.- hizo una pausa mientras miraba el rostro de sus compañeros- Atravesado.

     

    Se hizo el silencio, el castellano esperaba alguna respuesta de sus compañeros, no obstante no debían demorarse demasiado, debían encontrar a su maestro para averiguar lo que había ocurrido.

  2. Las palabras que había escuchado revolotearon por su mente, algo grave había ocurrido.

     

    - Debemos irnos inmediatamente- dijo Linto mientras se levantaba dejando su plato a la mitad- he conseguido escuchar algo, debemos ir con el maestro enseguida.

     

    Se dio media vuelta y se encaminó hacia la salida pero a los pocos pasos se quedó parado.

     

    "Que haces, no puedes irte así" pensó antes de darse la vuelta y volver a la mesa.

     

    - Mirad, ha ocurrido algo grave que nos concierne, seguidme y os lo explico mejor fuera mientras vamos con el maestro- susurró a sus compañeros.

     

    Se quedó mirando a sus compañeros con gesto de preocupación, no sabía el grado de gravedad del asunto pero había una palabra que le hacía presagiar lo peor: "atravesado".

  3. Antes de que la mujer se fuera, Linto pidió cordero, estaba tan intrigado con aquellos hombres que casi se le había olvidado pedir la comida.

     

    - No, no tampoco he conseguido escuchar nada- contestó Linto- pero si os habéis dado cuenta, saben que estamos pendientes de ellos. Quien sabe, quizás solo sea una conversación de taberna, o quizás no.

     

    Linto volvió a quedarse callado mientras intentaba averiguar con la mirada algo sobre aquél hombre, algo que le indicara quien podría ser o escuchar algo sobre su airada coversación.

     

    - Chicos, quizás sea algo importante, habrá que estar atentos, y aunque no lo sea, esto también puede ser una buena manera de entrenar en nuestro camino para convertirnos en caballeros, no todo va a ser pelear ¿no?.- dijo Linto sonriendo.

     

    A pesar de la sonrisa, Linto sentía cierta preocupación, quizás aquél hombre hablara sobre algo que les incumbiera a los tres, era consciente que no todos los días tres discípulos despertaban su cosmos a la vez, tendrían que estar atentos.

  4. Linto miró a sus compañeros y vio la misma expresión de satisfacción que el mismo sentía, los tres habían conseguido despertar su cosmos a la vez, acontecimiento que probablemente no olvidarían jamás.

     

    Las palabras de Alexander dieron la razón a los pensamientos de Linto, y gracias a ese momento, la opinión que tenía de sus compañeros había cambiado, sobre todo la de Rigel, el aparentemente débil muchacho tullido que de débil tenía poco, se sentía orgulloso de sus compañeros y de lo que habían logrado juntos.

     

    - Me parece buena idea - su estómago rugió - no se vosotros, pero yo tengo bastante hambre, y necesito descanso, que esto sigue doliendo - respondió Linto mientras se llevaba la mano al hombro.

  5. Linto hizo caso a su maestro y se levantó, no podía dejar de observar ese halo que le rodeaba, esa energía que emanaba de su interior, igual que sus compañeros, pero a la vez diferente.

     

    "Así que esto es el cosmos, se siente muy bien, pero, se siente frio, es extraño, me siento bien, muy bien, ahora si seré capaz de estar a la altura."

     

    Linto había reforzado su ánimo gracias al cosmos, sabía que una vez que había conseguido el primer paso, ya nada podía detenerle, solo le quedaba seguir hacia adelante, no había vuelta atrás.

     

    Se dirigió hacia la piedra manchada de sangre seca, manchada de fracasos, dispuesto a terminar con ellos, ahora se sentía capaz de lograrlo, su cuerpo se encontraba lleno de energía, y por primera vez supo que iba a romper la piedra. Colocó su mano sobre la piedra y la miró fijamente, observando el punto exacto donde iba a golpearla, el punto en el que la piedra se rompería, donde sus átomos se separarían, ahora si sentía la piedra, alzó su mano e ignorando cualquier síntoma de dolor, su puño descendió rápidamente mientras su cosmos fluía por él, en dirección a la piedra, golpeándola.

  6. Linto se mantuvo en silencio durante toda la comida y ante la pregunta de Rigel no hizo mas que asentir con la cabeza, el pesimismo y la sensación de ridículo se habían apoderado de él, las propias palabras de su maestro así se lo indicaban. Rigel, un tullido, le había vencido fácilmente y le había dejado malherido, y Alexander en cuanto se pusiera más en serio igualmente le superaría con facilidad. Las dudas se habían apoderado de él.

     

    "Vaya rídiculo, que me venza un tullido, y además, mas que vencerme me ha dejado inconsciente y malherido, ¿que hago yo aquí?¿es este mi lugar?"

     

    Phoros les indicó que se dispusieran a meditar para intentar encontrar el cosmos.

     

    - No te preocupes por mí- respondió Linto a su maestro- viendo lo visto no creo que ocurra nada, y si me vuelvo a desmayar, pues volveré a buscar en la oscuridad.

     

    Linto esbozó una triste sonrisa y a duras penas se sentó en esa extraña postura de meditación y cerró los ojos.

     

    "El cosmos, otra vez, todos somos uno, nosotros, la naturaleza, la oscuridad y la luz, todos somos lo mismo, en lo mas profundo todos somos iguales: el cosmos, todo está formado por cosmos, todos somos el cosmos, pero no lo veo, quizás está demasiado oscuro para verlo."

  7. Linto yacía en el suelo, inconsciente, inmóvil y con el hombro dislocado, mientras sus dos compañeros seguían enzarzados en el combate, que iba tomando un cariz demasiado peligroso a tenor de lo ocurrido con Linto. Su maestro Phoros dudaba en intervenir.

     

    "Duele, duele mucho, mi hombro"

     

    Linto intentó llevarse la mano al hombro, pero su cuerpo no le obedecía, se hallaba inconsciente, sumido en una profunda oscuridad, incapaz de escapar de ella.

     

    "Mierda, no me gusta esto, tengo que salir de aquí, pero ¿cómo?, estoy demasiado débil y no se que es toda esta oscuridad, quizás el dolor del hombro me haga volver, igual el maestro consiga sacarme de aquí, o quizás... El cosmos, puede ser un buen momento para intentar encontrarlo, en esta oscuridad no parece que haya nada, y si lo hay no se ve, es como una noche sin estrellas, pero en todas las noches hay estrellas, aunque no se vean ahí están, debo encontrar mis propias estrellas que me ayuden a salir de aquí por mi mismo, esas estrellas que forman parte de mí, de mi cosmos, se que están ahí, sólo tengo que buscarlas en mi oscuridad."

  8. Linto se estaba llevando la peor parte del combate, ese golpe por parte de Rigel al principio le había afectado más de lo que pensaba.

     

    "Maldita sea, no consigo acertar, ese golpe, ya se lo devolveré."

     

    Linto decidió calmarse, se paró y adoptó una postura defensiva a la espera del ataque de cualquiera de sus dos compañeros. El comentario de su maestro hizo que se diera cuenta de lo mal que lo estaba haciendo, atacar sin orden, así no conseguiría vencer a nadie, necesitaba calmarse y pensar.

     

    " Tiene razón, no lo estamos haciendo bien, tengo que calmarme, defensa y contrataque, rápido y ágil. Tengo que concentrarme, mantenerme en tensión y cuando uno de los dos ataque, esquivar y contratacar."

     

    Linto seguía en posición de defensa a la espera de que alguno de sus compañeros hiciera algún movimiento de ataque, si era contra él, esquivar y atacar; si se atacaban entre ellos podría aprovecharse del que haya recibido el ataque.

  9. Otro día más comenzaba, igual que durante los últimos meses su maestro Phoros, tras desayunar, los llevó al campo de entrenamiento en el que calentaron e hicieron los ejercicios de rigor.

     

    Linto había conseguido disipar gran parte de sus dudas sobre sus compañeros, había conseguido entablar amistad con ellos aunque en momentos puntuales aún se sentía un poco desplazado, a veces acababan discutiendo por cualquier cosa sin importancia, quizás fuera culpa suya, quizás por eso sentía que tanto Rigel como Alexander estuvieran más unidos entre sí y él fuera el que quedara un poco apartado, pero a pesar de eso Linto creía que los tres cada vez tenían una amistad más estrecha.

     

    Phoros les indicó el siguiente ejercicio, debían combatir entre ellos, pero esta vez deberían ser mas intensos, debería ser un combate más serio.

     

    Los tres se colocaron formando un triángulo, Linto vio como Rigel tomaba la iniciativa y se avalanzaba sobre Alexander, quién intentaba esquivar su ataque, Linto sabía que Alexander era más grande y fuerte que él, probablemente Rigel fuera un objetivo más fácil, pero ambos estaban tan pendientes entre sí como del propio Linto, que aún permanecía inmóvil en posición de combate.

     

    "Rigel está pendiente de atacar, y Alexander está ocupado en defenderse, pero posiblemente Alexander sea más peligroso, bueno, es hora de actuar, veremos que tal sale."

     

    Linto se movió rápidamente para colocarse a la espalda de Rigel y lanzarle un golpe rápido, sabía que Rigel estaba pendiente de él así que podía contraatacarle en cualquier momento, así que se preparó para esquivar el posible contraataque de Rigel, Alexander se encontraba al otro lado de Rigel así que de momento no debía preocuparse por él, o al menos eso creía Linto.

  10. Linto asintió ante las palabras de su maestro, eran cuatro y no había espacio para más, probablemente Phoros estuviera en lo cierto y la casa necesitaría una ampliación.

     

    - Ah, vale gracias.- respondió Linto a las palabras de Rigel a la vez que cogía la alfombra.

     

    Linto la extendió en el suelo y se tumbó, pensativo, mirando al techo de aquella casa, no era su casa, y los dos chicos que le acompañaban no eran sus amigos, recién los había conocido ése mismo día, aún así se sentía extraño, acababa de llegar pero sentía que no encajaba.

     

    "Estoy muy lejos de casa, de mi familia, aunque aquí también he encontrado otra familia, pero no me siento igual, ellos ya se conocen, como si llevaran tiempo juntos, y yo no tengo a nadie aquí, estoy solo."

     

    - Espero que si, a mi también me gustaría poder vestir alguna armadura algún día.- contestó Linto olvidándose de sus anteriores pensamientos.- Aunque de momento no se cuál me gustaría tener, prefiero ir paso a paso.

     

    Poco a poco el cansancio fue apoderándose de Linto haciendo que el sueño apareciera en forma de grandes bostezos.

  11. Linto vio entrar a Decebal junto con sus compañeros y su maestro, nunca había imaginado ver a Decebal con esas pintas, parecía que el entrenamiento había sido duro.

     

    "Vaya, si que debe ser exigente su maestro."

     

    Pero enseguida escuchó la explicación de Efestión y lo comprendió todo, parecía que los tres alumnos tenís un fuerte carácter, pero Linto se sorprendió al escuchar que les estampó contra las columnas sin tocarlos.

     

    "Si que son fuertes nuestros maestros, ¿que cosas serán capaces de realizar? de verdad son impresionantes."

     

    Vio como Demetrios le daba una pequeña reprimenda a su sobrina por su comportamiento y como ésta se excusaba inocentemente.

     

    "Ya claro, esta Maia esconde más de lo que nos está mostrando, ya veo como con su dulce carita consigue lo que quiere, tendré que estar alerta, mientras me callaré la boca, no quiero meterme en ningún problema."

  12. Linto se sentó a la mesa junto a sus compañeros, y vió como la chica llamada Maia se quitaba la máscara, Phoros se equivocaba, él no le había visto el rostro a aquella chica.

     

    "Vaya, no parece fea, ¿que razónes les llevarán a taparle el rostro?"

     

    Linto no pudo evitar sonrojarse al ver el rostro de Maia, era la primera vez que lo veía y no sabía muy bien que hacer, la miró durante unos segundos para a continuación centrarse en su cena consistente en un extraño estofado de cordero y verduras varias acompañados de cerveza aguada que no era del todo del gusto de Linto.

     

    "Que manía tienen aquí con servir cerveza, en cuanto pasen unos días le preguntaré a Phoros si tienen sidra por aquí."

     

    Linto escuchó con atención a Maia la explicación de su entrenamiento y se hizo una idea de lo que les esperaría al día siguiente, sabía que no iba a ser fácil pero las explicaciones de Maia le dieron más ganas de empezar, al contrario de muchos, Linto ponía más pasión y énfasis cuanto más diffícil y complicada fuera la tarea aunque ésta fuera casi imposible de realizar.

     

    - Suena bien el entrenamiento- dijo Linto mientras apuraba las últimas cucharadas de su plato- Ya tengo ganas de empezar, por la mañana no se que habrán hecho Alexander y Rigel, pues aún me encontraba a la espera de conocer a mi entrenador, ¿verdad Gabriel? - Linto le dedicó una sonrisa- pero después por la tarde Phoros nos explicó  lo básico sobre el cosmos, e intentamos despertarlo, pero bueno, aún nos queda para lograrlo, por lo menos a mí.

     

    Linto bajó la cabeza con un gesto de cierta tristeza por no haber logrado lo que su maestro esperaba de él, algo que era totalmente normal pues no era más que un aprendiz recién llegado, pero Linto a veces era demasiado exigente consigo mismo.

  13. Linto y los demás iban de camino hacia el comedor cuando se toparon con un par de jóvenes que Linto no logró reconocer, pero parece que Rigel si lo hizo pues se acercó a ellos.

     

    "Deben de ser más aspirantes."

     

    Linto siguió los pasos de Rigel y al acercarse vio que uno de ellos le saludó con la mano, enseguida le reconoció, era Gabriel, en su rostro apareció una sonrisa alegre.

     

    - Hola Gabriel, que alegría volver a verte.- dijo Linto mientras le devolvía el saludo.

     

    Al acercarse no pudo evitar el fijarse en su acompañante, era una chica y portaba una máscara sobre el rostro, algo que le resultó realmente extraño. Antes de que pudiera decir nada la chica habló y explicó brevemente el porqué de la máscara.

     

    "¿Taparse la cara?¿Que razón habrá para eso?"

     

    El hecho de no poder observar su rostro hizo que Linto sintiera una enorme curiosidad por verlo, aunque supuso que sería prácticamente imposible. La chica se ofreció para ir con ellos hasta la sala común para cenar todos juntos y habla sobre el entrenamiento, a Linto le pareció buena idea.

     

    - Mi nombre es Linto, y vengo de Castilla.- dijo Linto a la chica mientras hacía una reverencia a modo de saludo.

     

    Después fueron andando hacia la sala común.

  14. Linto tardó unos segundos en reaccionar e intentar comprender lo que acababa de presenciar, una pequeña muestra del cosmos de su maestro.

    "Vaya, tiene que ser bastante poderoso."

    Por primera vez desde que llegó, Linto tomó la iniciativa y se dispuso a hablar.

    - Ha sido algo asombroso Maestro, espero que los tres podamos algún día llegar a tu nivel, aunque no será fácil.- Linto miró a sus compañeros- Yo por mi parte no tengo ninguna pregunta más Maestro, por mí podríamos ir a cenar.

    Había sido un día duro y tenso, y Linto tenía ganas de tomar una buena comida y descansar para poder comenzar su entrenamiento cuanto antes.
  15. Linto seguía en la misma posición, inmóvil, perdido en sus recuerdos de infancia, pero no encontraba ni sentía nada, quizás se habría encaminado por un camino equivocado.

    Su maestro decidió entonces elevar un poco su cosmos, y entonces apareció y le cubrió, el cosmos, lenguas de fuego plateado cubrían a Phoros, emanando de ellas una agradable calidez. Linto lo sintió, aquella calidez y la vibración de su cosmos, y oyó los susurros de sus compañeros, abrió los ojos y vio a su maestro rodeado por su cosmos.

    Sus ojos abiertos como platos y su boca entreabierta Linto no pudo disimular sus emociones ante lo que estaba viendo, se quedó paralizado viendo esa maravillosa fuerza, nunca antes había visto o sentido algo parecido.

    "Cosmos, así que eso es el cosmos, que maravilla, que calidez y que agradable, nunca había sentido algo así."

    Linto se quedó paralizado y sin poder articular palabra alguna mientras admiraba a su maestro.
  16. "Claro que es cierto, tiene que serlo, El Santuario existe, tal y como me dijo mi abuelo, así que los que mataron a mi padre tienen que ser Espectros ¿quienes iban a ser si no?"

    A continuación su maestro les habló de los átomos y del cosmos, esa fuerza existente en el interior de todas las personas, pero solo los mas fuertes eran capaces de despertarlo y usarlo, y Linto tenía que conseguirlo si quería llegar a ser un caballero.

    Linto se quedó mirando como sus compañeros adoptaban la misma postura que su maestro, se sentaron en en el suelo, cruzaron sus piernas y cerraron los ojos buscando esa paz interior que les llevara a despertar ese cosmos interior, Linto les imitó y se sentó también en el suelo adoptando la misma postura y cerrando los ojos para buscar su cosmos interior.

    "El cosmos, fuerza interior, ¿como será?, relajación, calma y tranquilidad. Cosmos, te encontraré por muy escondido que estés y entonces te despertaré."

    Linto se mantenía sentado junto a sus compañeros, se relajó, sus pensamientos llegaron a las bellas noches despejadas y llenas de estrellas del verano, cuando se tumbaba por las noches en la verde hierba de su tierra, se sentía a gusto intentando contar las estrellas del firmamento, un cielo negro iluminado por cientos, miles de puntos blancos, estrellas colgadas en el cielo por toda la eternidad, según su abuelo, héroes del pasado que murieron y que desde el cielo los protegían, ¿sería ese el cosmos del que hablaba su maestro?¿esos héroes serían los caballeros protectores de Athena?, Linto no lo sabía, se relajó y se perdió en la inmensidad del cielo estrellado de las noches de verano, al igual que hacía en su infancia.
  17. Bueno, me ha gustado el capítulo, no ha estado mal, pero me ha dejado una duda como de costumbre ¿poqué Ban y Nachi dejaron sus armaduras? Como es normal en la serie explican las cosas a medias.

    Y una teoría que me ha venido a la mente mientras veía el resumen del pasado de Subaru, creo que va a ser hijo de Ikki, físicamente se parecen y en cuanto a su personalidad también es solitario, a parte del enorme cosmos que parece tener, además no recuerda nada sobre su pasado. Estaría bien que apareciera Ikki reclamando la armadura de Leo y que Subaru descubra que su constelación guardiana sea la de Fénix heredando así la armadura. Pero por contra he estado mirando un poco sobre las Pléyades (nombre del ataque de Subaru así como la traducción del mismo), y no he visto ninguna relación con Fénix, la única relación que he encontrado ha sido con Tauro y con Orión, ¿tendrá Subaru algo que ver con Eden?
  18. Linto terminó su té de un solo trago, mientras Phoros preguntó por su padre, entonces se dio cuenta que apenas sabía nada de él.

    - Mi padre- contestó Linto con tono melancólico- mi padre se llamaba Laro, Laro De la Vega, en mi familia apenas se hablaba de él, a mi madre se le llenaban los ojos de lágrimas cada vez que yo le preguntaba algo acerca de él, así que en algún momento dejé de hacerlo, y mis abuelos simplemente no querían recordar, lo único que conseguí fue su nombre y los llantos de mi familia. Hasta que años después ocurrió lo que os he comentado, mi abuelo Irias De la Vega me explicó lo que sabía sobre su muerte, pero ignoro como llegó a saber la existencia de El Santuario, los Caballeros y los Espectros.

    Linto alzó su cabeza y miró a Phoros con determinación.

    - Sinceramente siempre tuve dudas sobre lo que me contó mi abuelo, pero aú así vine hasta aquí por él, se lo prometí, y entonces es cuando encontré El Santuario y os conocí a vosotros y al Patriarca y enseguida supe que lo que me dijo mi abuelo era verdad, que no eran delirios de un enfermo.

    Linto miró su taza pero ya no le quedaba té en ella, le hubiera gustado tomar un último trago. Phoros entonces respondió a la pregunta de Alexander, pero se le notaba un tanto incómodo con la pregunta, seguramente había partes de su vida que no deseaba que supieran sus aprendices, o por lo menos aún no.
  19. Linto se quedó maravillado ante el delicioso olor de aquella extraña bebida mientras escuchaba con atención las explicaciones de su maestro. Caballeros, armaduras, parecía una de las viejas historias que le contaban de pequeño sobre valientes caballeros de brillantes armaduras que siempre vencían a sus enemigos.

    "Ojalá pueda convertirme en uno de los caballeros de los que habla el maestro Phoros."

    Tras unas breves indicaciones sobre el funcionamiento del Santuario, llegaron unas palabras que hicieron que Linto se estremeciera: tiempos oscuros, guerras, Linto recordó la causa de la muerte de su padre y sintió que tenía que preguntar, necesitaba preguntar. Pero cuando se dispuso a formular su pregunta Alexander se le adelantó y no dejó que sus palabras salieran de su boca, automáticamente cogió su taza de té y tomó un trago, mientras escuchaba a Alexander.

    Cuando su compañero terminó de hablar Linto lo miró y le mostró su complicidad mediante una sonrisa, posó su taza de té y se dispuso a hablar.

    - Coincido con Alexander en su pregunta, pero, yo también tengo otra pregunta, hay algo que me gustaría saber. Cuando habló de los tiempos oscuros, guerras y enemigos de Athena. Mi padre murió en la guerra siendo yo un bebé, años más tarde y poco antes de morir, mi abuelo me contó la verdad sobre su muerte, fue asesinado por unos extraños seres que vestían unas oscuras armaduras, Espectros de Hades los llamó, fue entonces que me encomendó la misión de venir hasta Grecia para convertirme en caballero de Athena y poder luchar contra el mal que reside en esos seres oscuros. ¿Conoce usted a los Espectros?¿son poderosos?.- el rostro de Linto se había tornado serio espresando la importancia que para él tenía la pregunta.
  20. En la puerta les esperaban los otros dos chicos aspirantes a caballeros, desde ese momento compañeros de entrenamiento. Entraron en la casa y uno de los dos chicos se presentó como Rigel, natural de Alejandría.

    - Yo soy Linto -respondió- y vengo del norte del Reino de Castilla, y con el mismo objetivo, convertirme en caballero.

    Phoros desapareció unos minutos, que Linto aprovechó para observar la estancia, y ciertamente Phoros tenía razón, allí los cuatro iban a estar con el espacio muy justo.

    Al volver Phoros les comunicó que seguirían con su entrenamiento, pero no era el tipo de entrenamiento que Linto se esperaba, hoy tocaban lecciones, preguntas, dudas que tuvieran.

    "Vaya, no me esperaba para comenzar esta clase de entrenamiento, pero no se que preguntar, realmente se muy poco sobre los caballeros, creo que dejaré que hablen ellos, seguro que ya tienen más confianza entre ellos."

    Linto permaneció callado, dejando su mochila con las pocas pertenencias que tenía en el suelo, a la espera de que alguno de sus compañeros hablara o a que Phoros comenzara a explicarles cosas sobre los caballeros.
  21. Linto se despidió de los que habían sido sus acompañantes hasta entonces deseándoles suerte y dedicándoles una gran sonrisa. Aunque había estado poco tiempo con ellos, les iba a echar de menos, en especial a Gabriel, el enigmático chico de las visiones y compañero de carga del arcón, con Decebal no había podido hablar mucho y respecto a Demetrios, sentía que el hombre no acababa de confíar totalmente en él.

    Linto siguió los pasos de su recién nombrado maestro, cruzando el prado que no hace mucho había recorrido en sentido contrario, escuchando con atención sus palabras.

    - Si, tengo ganas de conocerlos- contestó Linto- y me esforzaré al máximo para llegar a ser un protector de Athena.- dijo Linto con convicción.

    Casi sin darse cuenta habían dejado el prado y los edificios atrás y se acercaban a una especie de casa con una extraña cúpula dorada sobre ella.

    "Vaya edificio más extraño, quizás es su casa, pero no parece una casa, y esa cúpula, las casas no tienen cúpulas, le preguntaré qué es ese edificio."

    - Disculpa Phoros, ese edificio -dijo Linto timidamente mientras señalaba la casa- el de la cúpula dorada, estooo, ¿es tu casa? es que me resulta un poco extraña, nunca había visto una casa así.
  22. El Patriarca terminó su charla con Demetrios, y decidió que los dos hombres allí presentes eligieran discípulo, sin esperar a la llegada del tercer hombre que aún faltaba, no quería hacerlos esperar más. Le dio la oportunidad de elegir primero a Phoros, el franco de cabellos rubios, que pidió amablemente a Demetrios que les presentara, y así lo hizo, hablando brevemente tanto de Decebal como de Gabriel, y de Linto simplemente pronunció su nombre.

    "Como se nota que no me conoce, quizás debía haber sido más abierto con él, vaya presentación, con esto seguro que soy al último al que eligen, Decebal: no hay mas que verle, grande y fuerte como una montaña, y Gabriel, con el tema de las visiones no hace falta decir mucho más, sin embargo yo, ni soy grande y fuerte como una montaña ni tengo visiones, simplemente soy normal."

    Linto intentaba no parecer desanimado tras la presentación de Demetrios, pero comprendía que inconscientemente hablara bien de sus dos pupilos, y que de él apenas dijera su nombre, pues ciertamente no sabía mucho más. Mientras, el franco callaba mientras observaba a los tres jóvenes.

    "Venga, no tiene que ser tan difícil elegir entre Decebal y Gabriel, si quieres al silencioso quédate con Decebal, venga elige."

    Cuando Linto escuchó su nombre de los labios de Phoros sus ojos se abrieron como platos y su corazón comenzó a palpitar como un caballo desbocado, ni siquiera pudo disimular su cara de absoluta sorpresa.

    El Patriarca se dirigió a él tras preguntar a Efestión si tenía algún inconveniente a la elección de Phoros. Al oír sus palabras Linto se mantuvo en silencio unos segundos que duraron una eternidad, intentando asimilar lo que acababa de ocurrir, posó la rodilla en el suelo y habló.

    - Para mí es un orgullo y un honor el ser elegido para poder realizar el entrenamiento para algún día poder servir la diosa Athena como su fiel servidor y protector, y por supuesto no tengo ningún inconveniente.- dijo Linto firmemente.
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