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Ozharu

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Mensajes publicados por Ozharu

  1. Linto salió a la arena con paso decidido, sabía que sería un combate duro, pero no imposible. Con gesto serio saludaba a la gente que abarrotaba el coliseo, quizás en otras circunstancias se hubiera sentido nervioso por tanta multitudpendiente de él, pero ahora era diferente, los únicos que le importaban eran su maestro y sus compañeros Rigel y Alexander, que posiblemente fueran los únicos que realmente creyeran en la victoria del castellano; el resto del público allí presente tendría sus dudas, mas que razonables, sobre lo que pudiera hacer Linto contra la mole llamada Decebal, pero eso lejos de acobardarle le animaba aún más, se sentía cómodo cuando nadie esperaba nada de él, y la sensación sería mejor si conseguía hacerles cambiar de opinión.

     

    Ante los comentarios de Decebal, Linto no pudo mas que echar una mirada de desafío a su rival, sonreir y contestarle.

     

    - Y yo espero que sepas hacer algo útil a parte de escupir tonterías por esa bocaza.

     

    Quizás Decebal no lo viera, pero Linto ya había comenzado el combate, antes incluso de salir a la arena, no todo era dar y recibir puñetazos, el castellano esperaba que poco a poco Decebal fuera encendiéndose, enfadándose y perdiendo el control del combate, ante semejante rival cualquier ayuda extra era bien recibida, y el factor psicológico era una de ellas, aunque también podía salir mal, pero Linto tenía que arriesgarse.

     

    Adelantó su pie izquierdo, flexionó levemente las piernas y adoptó la postura de combate que tantas veces había usado en sus entrenamientos, con los brazos flexionados despertó su cosmos, quería que Decebal sintiera a quien se enfrentaba, que no era tan débil como se pensaba, y lo aumentó tanto como pudiera, tenía claro que lo más posible es que Decebal quisiera terminar rápido así que atacaría primero. Por ello Linto se preparó para esquivar a su enorme rival, pero no sólo esquivarlo, para ello concentró cosmos en sus piernas para poder moverse lo más rápido posible y esquivar con bastante antelación a su rival y con un movimiento rodear a Decebal por la derecha de éste para colocarse a su espalda y si fuera posible lanzarle una patada a las piernas. Con esto, Linto pretendía mantener las distancias e intentar que no se acercara mucho pues un combate a corta distancia contra ése rival podía resultar fatal, y cuanto más  durara el combate, quizás aumentaran las posibilidades del castellano para vencer.

     

    (Gasto 5 puntos de cosmo en concentrarlo en las piernas)

  2. Yo de lo que me arrepiento es de todos los myth que no he podido comprar, desde el 2008 no podido volver a comprar uno (la falta de ingresos es lo que tiene), así que mi colección se quedó parada en el tiempo allá por septiembre del 2008 que fue cuando compré el último. Y me da pena porque se que me será muy difícil, no ya ponerme al día, sino poder cerrar las líneas que tengo abiertas antes de comenzar con otras.

  3. Linto escuchó atentamente las palabras de su maestro, tenía razón, no era un combate a vida o muerte, el combate recién finalizado les había mostrado las consecuencias de excederse, no se  tenía que llegar tan lejos en un mero torneo de exhibición.

     

    "Tiene razón, no hay porqué arriesgarse, aunque no creo que el bruto de Decebal lo entienda así".

     

    El joven castellano escuchó que su combate era el siguiente, miró a su maestro y a su compañero Rigel y esbozó una sonrisa.

     

    - Creo que ha llegado el momento de domar a la bestia.

     

    Se dirigió hacia la puerta de salida mientras comprobaba que todas las protecciones estaban bien colocadas y ajustadas, ritual que había adquirido en sus sesiones de entrenamiento, aunque sabía que muy posiblemente al terminar el combate acabarían destrozadas. Las palabras de Decebal hicieron que girara su cabeza, el gigante no le caía mal, pero necesitaba una lección de humildad y Linto esperaba ser él quien se la diera.

     

    - No sabía que ya estuvieras pensando en rendirte Decebal- dijo con una leve sonrisa- y yo que quería pelear un rato contigo.

  4. Linto se encontraba, en silencio junto a sus compañeros, observando el combate, dos sentimientos encontrados se enfrentaban en su interior, por un lado se alegraba por la mas que inminente victoria de su compañero de entrenamientos Alexander, pero por otro lado estaba bastante preocupado por el estado físico de ambos, sobretodo de Gabriel, sus heridas eran más graves.

     

    Por un momento miró de arriba a abajo a su rival, el enorme Decebal, examinándole con cierto gesto de preocupación, viendo el cariz que había tomado éste combate, no cabía duda que posíblemente el suyo fuera aún más duro, debía prepararse para enfrentarse a semejante bestia.

  5. Ante las palabras de Maia, Linto no pudo mas que sonrojarse, esbozar una tímida sonrisa y pronunciar una leve presentación.

     

    - Yo soy Linto, de las montañas del norte del reino de Castilla.- dijo sin dejar de mirar a Maia.

     

    El castellano se quedó ausente hasta que las palabras de su compañero le trajeron de nuevo a la realidad y su cerebro comenzó a procesar la información que Maia les había dado sobre un pequeño incidente en las termas, lo que hace que Linto esboce una sonrisa.

     

    Una de las chicas que acompañaba a Maia aparece y se presenta como Xenia y sin previo aviso le planta un beso en la mejilla de Rigel, Linto es consciente de la situación y una pícara sonrisa adorna su rostro.

     

    - Creo que le gustas - le susurra al sonrojado Rigel.

     

    Las otras dos chicas marchan pues sus quehaceres las reclaman, quedándose solos las tres chicas y los dos jóvenes. Linto ve a lo lejos, acercándose, una figura que le resulta bastante conocida, Alexander, el castellano levanta un brazo a modo de saludo.

     

    "Vaya, vaya, esto se va a poner interesante" piensa Linto mientras se acerca a su recién llegado compañero.

     

    - Vaya Alexander- susurró el castellano mientras se acercaba a él - nos han comentado que en las termas hay muy buenas vistas, nos tienes que contar todo lo que ha pasado- le susurró en tono irónico esperando que las chicas no le oyeran.

  6. Linto dio un paseo junto a Rigel, sin rumbo fijo, por el Santuario, cuando quiso darse cuenta el sol ya se ocultaba, se paró y miró a su amigo.

     

    - Oye, creo que quizás sea hora de volver, podríamos ir a cenar algo a la sala común, ¿te parece?- el castellano se dispuso a andar pero apenas dio un paso cuando se giró de nuevo.

     

    - Alexander dijo que iba a las termas ¿no?, creo que no estamos lejos, podríamos ir allí y echar un vistazo, si está podemos decirle que se venga a cenar con nosotros.

  7. Mi maestro descansó, el significado tras esas palabras bailaban por la mente de Linto, no sabía con certeza si un caballero podía renunciar o donar su armadura, pero por el gesto de su maestro dedujo que se trataba de otro tipo de descanso bien distinto. Tan ensimismado estaba con esas palabras que mientras limpiaba los platos apenas se dio cuenta de la presencia de Alexander, a quién apenas saludó levantando su mano enjabonada y con una sonrisa, no por mala educación si no por los pensamientos que rondaban su cabeza, pero sus compañeros ya le conocían y no se lo tenían en cuenta.

     

    Terminada la limpieza se secó las manos con un trapo y se dirigió hacia la puerta.

     

    -¿Que crees que quiso decir el maestro?- dijo mirando a Rigel- ¿crees que se pueda heredar una armadura sin...? Bueno, ya sabes, sin que el anterior dueño...- preguntó intentando no pronunciar ciertas palabras.

     

    Se encaminó hacia la puerta, sin rumbo fijo, cuando le preguntó a su compañero si deseaba acompañarle o prefería estar solo antes de que se celebrara el Hecatombeón.

  8. Linto vio en la cara de Alexander la misma sorpresa que el sentía, no esperaba encontrarse con su compañero tan pronto, se suponía que tenía que estar consiguiendo una armadura nueva, pero esto quedó rápidamente aclarado con las palabras de Alexander.

     

    - Así que armaduras nuevas- contestó el castellano con cara de satisfacción- esperemos no romperlas.- hizo una pausa soltando una leve carcajada- Pues has tenido la misma idea que nosotros, solo que nosotros ya hemos terminado, te dejamos todo el patio para tí. Yo creo que iré a relajarme un poco, a descansar, asearme y mas tarde iré a cenar a la sala común, así que si luego vas ya nos veremos allí.

     

    El castellano se despidió de su amigo con un gesto de la mano y se dispuso a salir de allí.

  9. El resultado había sido el mismo que el de su compañero, pero no era algo que le disgustase, de hecho se esperaba tal resultado, era difícil que lo lograran a la primera.

     

    - Si, nos ha pasado lo mismo, somos igual de inútiles- contestó el castellano con un gesto de complicidad- pero bueno, era difícil que lo lográramos a la primera, y aunque lo hubiéramos conseguido dudo yo que nos fuera a ser útil para mañana, aunque bueno, quien sabe, esto del cosmos es impredecible.

     

    Linto se levantó y entonces sí, decidió dar por concluido su entrenamiento, se dirigió hacia su compañero aceptando así su ofrecimiento para acompañarle.

  10. - Vaya Rigel, eso ha estado muy bien- comentó con admiración- desde aquél golpe en el hombro no dejas de sorprenderme.

     

    Linto se dejó caer sobre el suelo, se sentó y cruzó sus piernas, había decidido que no iba a practicar más, no quería cansarse en exceso, pero el ver a su compañero imitar a su maestro le había hecho cambiar ligeramente de parecer.

     

    - Había decidido no seguir entrenando, pero habiendo visto que casi consigues hacer lo que Phoros, no puedo irme sin intentarlo yo también ¿no crees?- respondió con un sonrisa.

     

    El castellano posó sus manos sobre sus rodillas, cerró los ojos y relajó su cuerpo, intentó despertar y elevar su cosmmos como tantas veces había hecho ya, esta vez intentaría mantenerlo a un nivel intermedio que le fuera cómodo, Linto creía que la clave podría estar en la calma , concentración y control que cada uno de ellos pudiera tener sobre su cosmos, así que abrió los ojos e intentó que su cosmos le obedeciera, levanto ligeramente una mano e intentó que su cosmos se dirigiera hacia ella para formar algo, no sabía muy bien el qué, aire frío, una bola de hielo o lo que fuera, solo quería que su cosmos le hiciera caso y se moviera a donde él le ordenaba.

  11. El saber que su maestro estaría presente y sin quitarles el ojo de encima le daba seguridad al joven castellano, pero el hecho de la presencia de El Patriarca y de todo el Santuario hacía crecer su nerviosismo, no estaba acostumbrado a pelear ante tanta gente, durante los entrenamientos era distinto pues no eran mas que cuatro, pero lo del día siguiente sería totalmente diferente, Linto quería tener una buena participación y hacer un buen papel en el torneo, por nada del mundo quería quedar como un inútil.

     

    - Maestro, ¿habrá mucha gente mañana en el torneo?- dijo esperando impaciente la respuesta.

     

    Ya que su maestro había decidido darles el resto del día libre Linto se dedicó a practicar un poco sencillos y ligeros movimientos de lucha, defensa y ataque, y meditar sobre el cosmos, intentar comprenderlo mejor para poder manejarlo, para dominarlo y poder ser capaz de algún día de poder usarlo al igual que su maestro. No pretendía llegar completamente agotado al torneo así que también dedicó tiempo a descansar mientras dejaba todo preparadoo para el día siguiente, tenía planeado acostarse pronto, así podría llegar totalmente descansado y en plena forma al torneo.

  12. La explicación de su maestro por fin había conseguido calmar ligeramente las ganas de saber de Linto, ya sabía el nombre de algunas constelaciones que quizás alguna fuera la que le protegiese, pero aún era pronto para saberlo, solo una cosa era segura, la constelación bajo l que nació: Acuario.

     

    "¿La vela de un barco? Quizás entre los tres formemos el barco entero jeje, cuervo y can mayor, apenas se nada sobre ellos, y acuario, estaría bien poder proteger algún día a Athena portando esa armadura."

     

    Al igual que sus compañeros, Linto prestó atención a la demostración de Phoros, su manejo del cosmos a ojos de sus alumnos era impresionante, capaz de hacer bailar el viento a su antojo.

     

    - Maestro, eso ha sido impresionante- dijo con admiración- Es una pena que el torneo empiece mañana, si tuviéramos mas tiempo quizás podríamos haber entrenado y mejorado nuestro manejo del cosmos y poder realizar algo parecido a lo que usted hace, maestro. A mi me gustaría empezar cuanto antes a entrenarlo- dijo el castellano con entusiasmo.

  13. La actitud suicida de Alexander había sido reprochada por las palabras de su maestro, que no hacía mas que indicarle los fallos del combate, tanto a él como a Rigel, que se mantenía callado, y a Linto, que lo miraba con atención y curiosidad.
     

    La explicación de Phoros sobre su ataque avivó aún mas la curiosodad de Linto por todo lo relacionado por el cosmos, sobretodo como podría serle útil en un combate a la hora de atacar y defenderse.

     

    "El frío, supongo que tiene razón, forma parte de mí, nací bajo la nieve y crecí con ella a mi alrededor."

     

    El castellano escuchó atentamente las palabras de su compañero, descubriendo que no era el único que había tenido sueños confusos.

     

    "Así que Alexander también, en verdad es lógico, seguro que todos hemos tenido ese tipo de sueños."

     

    - Maestro, al igual que Alexander yo también he soñado cosas- hizo una pequeña pausa antes de comenzar con su explicación- En mi sueño yo voy a bordo de un barco, navegando por el mar, pero algo me empuja, es el viento, descubro que tengo alas, unas alas negras y gracias al viento empiezo a volar, y mientras vuelo soy libre. Tras un rato de vuelo, llego a la costa y me poso sobre un árbol, intento hablar, pero de mi boca solo sale un graznido, entre eso y las alas negras supongo que soy un cuervo, al pie del árbol veo que hay un perro, debe de sentir curiosidad por mí pues no hace más que ladrar y cargar contra el árbol, pero enseguida se cansa y se acerca a un arroyo cercano a beber. Allí había una joven con un cántaro que parecía estar llenando de agua, pero en realidad no había agua, del cántaro salía aire, aire muy frío. El resto es confuso, ese aire comienza a congelar el agua, y el perro se queda atrapado y todo se vuelve más confuso aún, y entonces cuando me despierto.

     

    Se qudó mirando a su maestro tras la descripción de su sueño.

     

    - Yo, creo que no lo tengo tan claro como Alexander.

  14. Linto se acercó hacia su maestro y se sentó en el suelo junto a sus compañeros, el combate había sido breve pero intenso, Alexander había recibido la mayor parte del daño, no así Rigel y el propio Linto, los cuales aún tenían sus armaduras de entrenamiento completas. Pero incluso su maestro también había perdido la armadura, lo que indicaba la intensidad del choque.

     

    "Este Alexander, tiene que tener más cuidado, en un combate real bien podría haber acabado muerto"- pensaba el joven castellano mientras tomaba el cántaro que le ofrecía su compañero.

     

    -Gracias- respondió- Maestro, yo también tengo alguna pregunta, ése último ataque ¿cuándo podremos realizar algo así?¿es muy complicado?

     

    Las preguntas se iban amontonando en la mente de Linto, deseoso de saber, de ampliar sus conocimientos, y de aprender, tenía muchas ganas de que llegara el día siguiente y comenzara el torneo, así que quería estar preparado al máximo y cualquier información podía serle muy útil en combate.

  15. La embestida suicida de Alexander terminó como Linto temía: con su compañero por los suelos, pero ése golpe de su maestro no bajó los ánimos de los tres, que a duras penas consiguieron golpear levemente a Phoros, pero no eran más que ligeros rasguños, ningún golpe importante.

     

    "Lo que me temía, tenemos que esforzarnos más", pensaba Linto mientras evaluaba la situación con un gesto de concentración.

     

    Su maestro estaba dispuesto a llevar el combate a un nivel superior, elevando su cosmos para poner a prueba a sus jovenes discípulos.

     

    "Esto se complica, pero tenemos que aguantar"

     

    El castellano miró a Alexander al oír sus palabras y asintió con la cabeza.

     

    - Ten cuidado, otro golpe igual podría ser fatal.- dijo Linto instantes antes de que su compañero se abalanzara contra su maestro.

     

    "Espero que no sea tan suicida como antes, tenemos que estar alerta"

     

    El combate se había reanudado y no había tiempo que perder, Linto sabía lo que tenía que hacer, así que intentó encender su cosmo, y tan rápido como pudo salió corriendo tras Alexander, esperando que su corpulencia le ocultara de la visión de su maestro, para intentar colocarse velozmente a la izquierda de su compañero e intentar golpear por la izquierda a Phoros con un puñetazo cargado de cosmos en su puño derecho, tras esto debía intentar esquivar el posible contrataque de su maestro, que de seguro iba a producirse, para poder plantar cara a su adversario Linto intentó elevar aún mas su cosmos para, si las fuerzas le acompañaban, intentar un último ataque cargado de cosmos, esperaba que junto a sus compañeros lograran plantar cara a su maestro.

     

    (Gasto 4 puntos de cosmos en cada ataque)

  16. "Los tres a la vez, vaya, no me lo esperaba"

     

    Las palabras de su maestro sorprendieron a Linto, debía hacer equipo con sus compañeros y enfrentarse a su maestro. Él ya se había acostumbrado a enfrentarse solo a su maestro, realmente siempre había peleado en solitario, esta nueva situación se hacía un tanto extraña para el castellano. A pesar de eso, Linto se sentía orgulloso de poder luchar junto a sus compañeros y amigos.

     

    El joven castellano miró sonriente a Rigel y Alexander, afirmando sus palabras con un leve gesto de su cabeza.

     

    "Empieza lo bueno"

     

    Linto sabía lo que tenía que hacer, intentar sacar su cosmos, como en la mayoría de entrenamientos rutinarios que hacía con su maestro, rápidamente vio como Alexander se abalanzaba hacia Phoros con un movimiento un tanto suicida, quizás fuera el único de los tres capaz de hacerlo, pero eso le daba una oportunidad tanto a él como a Rigel, así que también se abalanzó hacia su maestro , pero en vez de hacerlo por el frente trató de sorprenderlo con una rápida patada por uno de sus flancos, podía esquivar ambos golpes pero seguro que Rigel también tendría su oportunidad. Sabía que en cuanto lanzara su golpe tendría que tratar de esquivar el contrataque de su maestro y si su rapidez se lo permitía intentar pillar desprevenido a su maestro con otro ataque, aunque sabía que eso era difícil.

     

    "Si no logramos golpearle, quizás sea el momento de experimentar con el cosmo e intentar usarlo para atacarle, o algo parecido"

  17. Y los meses pasaron, entrenamiento tras entrenamiento, y tanto Linto como sus compañeros se hicieron más fuertes y poco a poco aprendían el poder del cosmos y cómo controlarlo, los tres habían cambiado, y ahora Linto podía sentir que todos ellos formaban una familia con dos grandes amigos a su lado y su maestro Phoros, quien se había convertido en alguien muy importante para el joven castellano, casi como el padre que no llegó a tener.

     

    Los entrenamientos se habían convertido en la rutina diaria, solían entrenar juntos, pero de vez en cuando el maestro practicaba personalmente con Linto, cosa que le llenaba de orgullo pero a la vez de preguntas, no sabía exactamente por qué le elegía a él, no se veía superior a ninguno de sus compañeros, Alexander se estaba convirtiendo en un portento físico y pocas posibilidades tenía contra su fuerza, y Rigel, a pesar de estar tullido, se había vuelto muy rápido y ágil, todavía recordaba como le dislocó el hombro, pero aún así intentaba aprovechar al máximo el tiempo que su maestro le dedicaba.

     

    Las palabras de Phoros hicieron que Linto dejara las abdominales y se descolgara del capitel, lentamente se dirigió hacia su maestro acompañado por sus compañeros.

     

    - Creo que los tres estamos deseando participar- dijo apoyando las palabras de Alexander.

     

    Cuando Phoros se dispuso a probar sus habilidades, no le pilló de sorpresa, para él era habitual entrenarse con su maestro.

     

    - Usted dirá, maestro.

  18. - ¿Mi elección?- preguntó extrañado- Ni siquiera se que constelación me proteje desde mi nacimiento, pero como bien dices, la armadura nos elije, así que no creo que deba preocuparme demasiado, supongo que si estoy destinado a portar una armadura, llegado el momento ésta me elejirá, mientras tanto seguiré entrenando duro.- dijo mientras apuraba los últimos restos de comida.

     

    Linto recogió su plato vacío y se sentó junto a su maestro al calor del fuego.

     

    - Maestro, hay una duda que tengo, ¿porqué cuando enciendo el cosmos aparece una capa de hielo? Ni a Rigel ni a Alexander les ocurre lo mismo, ¿que significa?¿tiene algo que ver con las nieves de mi nacimiento?

     

    La mente de Linto iba más deprisa que sus palabras, el calor del fuego había despertado multitud de dudas y preguntas, pero tendrían que esperar a ser resueltas.

  19. "Constelación, pues no he sentido nada, de momento."

     

    - Yo no se, no he sentido nada extraño, no se aún cual es mi constelación guardiana, lo único que se es que cuando nací cayó la nevada más grande en más de 20 años, según me contaron la nieve sobrepasaba la altura de los hombres y tuvieron grandes problemas para despejar las puertas de las casas y quitar la nieve de los caminos, yo creía que era una exageración, pero después de ver y sentir el cosmos, ya no se que creer - comentó el joven castellano con una sonrisa- No veo la relación que pueda tener la nieve con las estellas.

     

    Su maestro les sirvió la cena, el exquisito aroma del pollo recién cocinado llegó hasta la nariz de Linto, despertando su apetito, y sin poder evitarlo, éste se abalanzó ante tan suculento plato y comenzó a devorarlo.

     

    "Parece que Rigel lo tiene bastante claro, sabe cual es su constelación protectora, se le nota seguro, pero Alexander creo que tiene dudas, se le ve algo inseguro, no debería preocuparse tanto, nuestro momento llegará."

  20. El propio Linto se quedó sorprendido al ser capaz de volver a despertar el cosmos, y más de aquella manera, miró a su alrededor y una fina capa de hielo cubría su alrededor.

     

    "No puede ser, ¿que es esto?¿que me ha hecho?"

     

    El castellano se relajó, al igual que sus compañeros, pero su mente no podía dejar de pensar en todas las cosas que estaban sucediendo, todo iba muy rápido, despertar el cosmos, el accidente y ahora esto, las palabras de Alexander le hicieron volver a la realidad.

     

    - ¿En serio?- contestó ilusionado por el cumplido- bueno, los tres estamos mejorando poco a poco. Y mi hombro, no se, es muy extraño, el Patriarca me tocó y...- hizo una pausa para tocarse el hombro- y ya no me duele, está perfecto, no se que es lo que hizo, pero de alguna manera me ha curado. Quizás sea otro uso que se le pueda dar al cosmos, no se, es El Patriarca, supongo que pueda hacer cosas así, quizás haya curado a tu hermano de la misma forma, quién sabe.

  21. Por suerte Christian se encontraba a salvo, su vida no corría peligro, Linto se había mantenido al márgen, dejando que fuera Alexander quién llevara la iniciativa, obviamente tenía más motivos para ello.

     

    "Christian casi muere, yo casi acabo con un brazo menos, el cosmos puede ser muy peligroso si no se controla, tendré que esforzarme mucho más."

     

    El castellano se despidió con un leve gesto de su brazo sano y una sonrisa y siguió a sus compañeros fuera de la estancia.

     

    "Pobre Decebal, lo tiene que estar pasando muy mal, casi mata a su compañero, el cosmos es un poder muy grande, tiene un gran poder destructivo, tenemos que aprender a controlarlo bien, si sirve como ataque, también debería servir como defensa, se lo preguntaré al maestro en el próximo entrenamiento."

     

    Linto se había vuelto a sumir en sus pensamientos, callado, silencioso, allí, fuera de la habitación, esperando que hacer o a donde ir.

  22. Linto llegó junto a sus compañeros a las puertas de los aposentos del Patriarca, donde parecía que un par de guardias iban a dificultarles la visita. El castellano escuchó las palabras de su amigo y compañero Alexander y levantó la mano del brazo que le quedaba sano a modo de saludo mientras el anglo los presentaba.

     

    - Mi compañero ya lo ha explicado, necesitamos hablar con el Patriarca o nuestro maestro, sabemos que ha ocurrido algo y tememos por nuestros amigos, solo queremos saber si les ha ocurrido algo grave, solo estamos preocupados.

     

    De repente sintió un dolor conocido, se llevó la mano al hombro herido e hizo un gesto de molestia, durante el camino hasta allí se le había olvidado, pero aún no estaba completamente recuperado, debía tener cuidado.

  23. Ir a ver al Patriarca, era la opción más evidente tras no encontras a Phoros en su casa.

     

    - Está bien, tendremos que ir a ver al Patriarca, quizás allí encontremos también a nuestro maestro, allí nos aclararán que ha ocurrido.

     

    De entre los tres, Linto era el que más calmado estaba, no tenía hermanos, así podía pensar con más frialdad e imparcialidad dada la aparente gravedad del asunto.

     

    Apenas terminó de hablar, Alexander ya se había encaminado hacia los aposentos del Patriarca.

     

    - Alexander, espera- gritó el castellano mientras seguía los pasos del joven anglo- entiendo tu preocupación, pero no nos dejes atrás, tenemos que llegar los tres juntos.

     

    Continúa en Residencia del Patriarca.

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